Autor: Juan Manuel Cubilla Podestá.     Categoria: Opiniones

De los diputados y su numero en relación a sus representados

10-Ene-2008 - En la antigüedad, dada la pequeña cantidad de personas que conformaban los estados o naciones, el numero de representantes no era sino también un pequeño problema.
Ahora bien en nuestros días la gran cantidad de personas que conforman las naciones o estados modernos, se ha dejado de contar de a miles, para pasar a hacerlo de a millones. Es aquí donde surge el primer inconveniente de nuestro sistema representativo actual, que yace principalmente en la ínfima relación entre la cantidad de representados y representantes.

Nuestro país que supera en materia poblacional fácilmente los veinte millones de personas, tiene una cámara de representantes o diputados que no supera siquiera el uno por ciento de esa cifra.

Seria irresponsable de mi parte arriesgar un porcentaje de relación que estimare acertado al efecto, puesto que la escasez de conocimientos que padezco me lo impide. Pero sí, puedo decirles sin mayores ilustraciones académicas que mientras mayor se el numero de representantes, mayor será la representatividad que como cuerpo tengan de la sociedad misma.

Claro esta que los diputados son servidores públicos y como tales, reciben una remuneración por sus servicios, la que se desprende de los fondos estatales, por lo que aumentar irracionalmente su cantidad no seria otra cosa que una imperdonable imprudencia, al punto que pensar en ello, no seria nada mas que un razonamiento utópico, dada la gran escasez de fondos y déficit financiero de nuestros países latinoamericanos.

Aquí quiero detenerme un segundo para pedir, a mi tal vez hasta ahora escéptico lector, un poco de paciencia puesto que trataré a lo largo de toda esta obra de atar, en la medida de mis posibilidades, todos los cabos sueltos.

Entonces y reinsertándonos en el tema, el numero de representantes o diputados nunca puede ser de tan minúscula proporción puesto que genera, como la actualidad lo demuestra, que nuestros pueblos no se sientan representados y hasta no conozcan a la mayoría de los que ocupan el cuerpo del estado que los representa.

De esta manera, es decir, con el desconocimiento del pueblo con respecto a sus representantes, el mismo no puede siquiera ejercer el control que, como sociedad responsable políticamente hablando, debe hacer.

Esto a su vez genera enormes males, entre ellos debo destacar, que así como existen diversas o infinitas clases de personas, estas a su vez tienen exponencialmente disparejas opiniones con respecto a un mismo tema. Así mientras mas amplio sea el campo de representación de un diputado (entiéndase en el ámbito de cantidades de personas), será inversamente proporcional su probabilidad de acertar en el sentir o pensar de siquiera alguno de sus representados.

Claro esta que, por esta misma heterogeneidad de los miembros de una sociedad, el exacto acople entre el pensar de los representados y el opinar de los representantes, seria solo un irrealizable. Pero esto no debe ser tomado como excusa para buscar puntualmente lo contrario, mas bien como un desafío, tal como la perfección humana, que pese a ser imposible, nuestros esfuerzos no dejan de gastarse en intentar lograr su mayor proximidad.

Entonces como primera premisa de este amplio proyecto, el aumento de la proporción entre las cantidades de representantes y representados a su máxima expresión posible es uno de los pilares fundamentales a tener en cuenta.